Sebastián Benfeld, quien estuvo en Madrid durante el desarrollo de la cumbre climática, contó a El Desconcierto que miembros de grandes empresas -como Shell, Endesa o AES Gener- se paseaban «como Pedro por su casa», logrando influir en el acuerdo final. «El gobierno presentó un texto que favorece más a las grandes industrias, que a la gente que hoy sufre el impacto del cambio climático», acusó el dirigente de la organización en Chile.
El pasado 2 de diciembre, comenzaba la COP25 en Madrid y los representantes chilenos de Fridays For Future (FFF) llegaban hasta el país europeo para alzar la voz de América Latina, uno de los territorios más afectados por la profunda crisis climática global.
Uno de los jóvenes dirigentes que se trasladó hasta España fue Sebastián Benfeld, vocero nacional de la organización, quien recientemente egresó de cuarto medio, y planea seguir una carrera vinculada a estas problemáticas.
En conversación con El Desconcierto, el activista de la región de Valparaíso critica el desempeño de la ministra Carolina Schmidt —a quien, como FFF, han instado a renunciar. Igualmente, se refiere al encuentro con Greta Thunberg y la funa al senador Felipe Kast (Evópoli).
Cabe mencionar que expertos a nivel mundial habían calificado a la COP25 como la cumbre de la «ambición», debido a la cercana catástrofe climática que se avecina. Distintos investigadores y organizaciones habían planteado la necesidad de llegar a acuerdos robustos, dado que los estragos del aumento en las temperaturas serían más preocupantes de lo esperado.
—¿Cómo evalúas la actuación de Chile en la COP25?
«Notamos una falta de liderazgo tremenda por parte de la presidencia de Chile en la COP25. Creemos que hubo una incapacidad de parte de la ministra para alcanzar acuerdos que eran fundamentales para avanzar en materias del cambio climático. Estamos cada vez más cerca de un punto de no retorno. Este tiempo es tremendamente importante, y pese a que el eslogan del gobierno era «tiempo de actuar», el tiempo pasó muy rápido y lo que menos hubo fue acción. Logramos un acuerdo que no va más allá de una política declarativa, donde los países se comprometen a mantener una temperatura no superior al 1,5 grados, cuando lo que realmente esperábamos era que se marcara una agenda clara sobre lo que debe hacer cada país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero antes de que sea demasiado tarde. Creemos que esto significa un daño tremendo al planeta. Chile no sólo le está quitando la dignidad a millones de chilenos, sino que también le está quitando el futuro a una generación completa a nivel planetario».
En esa línea, el joven denuncia que distintas empresas privadas chilenas estuvieron «tremendamente involucradas» en el proceso de negociación del acuerdo final de la cumbre. «Vimos el lobby de empresas como Shell, Endesa, AES Gener, donde sus miembros más importantes caminaban como Pedro por su casa al interior de la COP. Ellos lograron influir en la toma de decisiones. El gobierno presentó un texto que favorece más a las grandes industrias, que a la gente que hoy sufre el impacto del cambio climático», señala Benfeld.
—Eres vocero de FFF en la Quinta región, territorio que destaca por sus conflictos socioambientales. ¿Crees que ha existido preocupación por parte del Estado con estas problemáticas locales? «La región de Valparaíso es la región que concentra la mayor cantidad de conflictos sociambientales del país. Conocemos de primera mano la situación de Quintero y Puchuncaví. Se está matando y envenenando a nuestra población a causa de la indolencia estatal y privada. Por otro lado, tenemos la realidad de las comunidades del Valle del Aconcagua, en comunas como Petorca, donde se les quita el agua a nuestros vecinos y vecinas para regar las paltas que se consumen en los países desarrollado. Chile no predica con el ejemplo. Chile trata pésimo a la madre tierra para aumentar crecimiento económico de unos pocos. Chile tiene que partir por casa y luego instar a los demás países a que sean más ambiciosos».
—¿Cómo fue el encuentro con Greta Thunberg? ¿Envió algún mensaje a Chile? «El día que Greta llegó a la COP logramos estar con ella. Ahí se planificó una sentada a las puertas de la COP, para manifestar nuestro repudio a la inproductividad que había mostrado la cumbre en esa primera semana, donde no se llegaba a acuerdo en ninguna materia. En ese contexto, Greta se sumó a la manifestación. Joel (otro integrante de FFF) pudo conversar con ella. Greta está con las demandas del pueblo chileno. También estuvo en una conferencia de prensa con Ángela (otra integrante de FFF), una instancia que se planificó para darle voz a la gente que hoy se encuentra viviendo los verdaderos impactos del cambio climático. Fue muy interesante, porque apenas apareció la figura de Greta, la prensa se volvió loca buscándola, para sacarle fotos y palabras, cuando en realidad ella es sólo una joven de 16 años que lucha por el planeta. Creemos que la prensa le da más importancia a lo que hace Greta que al mensaje que ella transmite. Eso no puede pasar. En esa conferencia que menciono —que se llenó por la presencia de Greta—, ella le dio la palabra a las personas del sur global, que viven los mayores problemas por el cambio climático, y le pidió a la prensa que los escucharan a ellos».
—Participaste de la funa al senador Felipe Kast en la COP25. ¿Por qué les pareció importante hacer dicha acción? «Nosotros quisimos masificar la idea del ojo porque representa varias cosas: primero, que el pueblo chileno ha despertado y ha salido a luchar por su futuro y su dignidad; segundo, representa la gran cantidad de ojos que han sido mutilados, que van sobre los 300 casos; y por último, representa que los estamos mirando, que estamos observando a quienes hoy están en el Congreso, a quienes tienen el poder y están decidiendo por nuestro futuro. Cuando apareció Felipe Kast en la conferencia de las partes, lo que hicimos fue acercarnos a él y mostrar este símbolo. Felipe Kast dijo públicamente que no habían Derechos Humanos sin orden público. Además, él es una persona que defiende un modelo de desarrollo que hoy nos tiene como estamos».
—¿Cuál es el llamado que haces al gobierno y las fuerzas políticas respecto de la crisis climática?
«Creemos que Chile debe partir por casa y eso significa cerrar las termoeléctricas más contaminantes de Quintero y Puchuncaví. El anuncio que la ministra ha dado en la conferencia de las partes diciendo que se iban a cerrar estas termoeléctricas en 20 o 30 años más, nos parece inaceptable. Lo que está diciendo es que va a seguir contaminando e intoxicando a la gente de Quintero y Puchuncaví por 20 años más. Eso es inaceptable y más inaceptable es que haya dado ese anuncio con una sonrisa en la cara. También tenemos que avanzar en un plan de descarbonización para el 2030, no el 2040, no el 2050, porque para entonces ya será demasiado tarde. Por otro lado, creemos importante derogar el código de aguas que hoy le entrega los derechos de agua a unos pocos privados, a cambio del sufrimiento de muchos que hoy dependen de camiones aljibes para recibir algo tan elemental como el agua. Además, es fundamental que se firme el acuerdo de Escazú, un acuerdo que no sólo garantiza la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones respecto del medio ambiente, sino que también resguarda a quienes salen a luchar por el medio ambiente y los derechos sociales de las personas. Hoy, lamentablemente, en Chile te matan por defender la tierra».
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